La crueldad
La crueldad, como el
mal –que la incluye y acaso por eso mismo está en nosotros- no nos es ajena ni
puede decirse que sea ínsita del mundo. Ni la Iglesia, que tiene todo resuelto,
sabe qué es esto del mal. ¡Cómo será de difícil el tema que no ha podido explicar
su presencia a la par de un Dios todo bondad.
Francesca murió en
1992.En una carta dirigida a los padres explica: "Me habéis dado no sólo
lo necesario sino también lo superfluo: pero no habéis sabido darme lo
indispensable, por eso me quito la vida"
"[...] Siempre he creído que lo más miserable que se puede ser en la vida
es acreedor perenne y vocacional, ya se sabe, ese tipo de personas a las que
siempre se les debe algo, lo que están enfurruñados todo el día porque a ellos les
toca un trozo más pequeño de la tarta, los que nunca reciben ese trato que
creen merecer, los litigantes perpetuos que se llaman sin cesar a agravio.
Odiosas se me hacen las personas que están convencidas de que todos los
demás estamos en deuda con ellas. [...] ¿Cómo puede alguien preocuparse del
absoluto y portarse como un desgraciado con sus propios padres? Apenas puedo
concebir tanta crueldad, tanta soberbia despiadada, tanto egoísmo por encima de
cualquier consideración humana. [...] Espero que esa tía no exista, ya lo he
dicho, pero de haber existido estoy seguro de que ella nunca se dio cuenta de
que también existían los demás y eran tan reales como ella. Qué pena" (del
autor)
EL CULTURAL DE LA SIERRA (ÍNDICE)
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